lunes, marzo 28, 2005

A la orden.

Pues sí, una frase que resume perfectamente al ambiente de educación, respeto y, sobre todo, resignación que impregna las instalaciones militares. Desde luego me ha encantado la vida allí (claro que porque consciente e inconscientemente sabía que yo el viernes me marchaba, y lo de a las 7 de la mañana diana, se iba a acabaren pocos días), el curso, la gente y la disciplina. Disciplina que si en algún momento tengo oportunidad la mezclaré con mis ideas pedagógicas basadas en la máxima "un hostión a tiempo hace milagros".
Y del resto pues bueno, en casa sin más cogiendo el coche, actos tradicionales...
Así que hoy tras un pequeño problema de sincronización de horarios he regresado aquí con la uapera, y todavía sin el otro uapero del que éste nuestro blog apenas si conoce su existencia. Claro que antes de reincorporarme a esta mezcla de personas amables, personas incoherentes, personas con pocos reflejos y aunténticos carne de cañón de nuestra burocratizada sociedad occidental que integra el cuerpo social al que día tras día llueve, truene o relampaguee dirigimos nuestras mejores dotes en lo que a la atención al público se refiere; he tenido tiempo de rememorar viejos tiempos en los que yo protagonizaba dramas rurales ya que he tenido que ir a discutir con Caja Navarra. Resulta DE QUE llevan aproximadamente un año dando el coñazo acerca de su nueva estrategia de márketing social consistente en que puedes elegir a qué apartado de obra social quieres que se destine el 25% de las ganancias que obtengan con tu dinero, y claro como uno que realmente no le importa muucho a qué proyecto lo destinen porque, en general, todos son buenos ha pasado olímpicamente de esta burda campaña de control social y de fidelización a una entidad que te da 0´001 por tu dinero y te cobra 5% por el suyo, han pensado en decidir por mí. Así que me llega una carta con una nueva tarjeta en la que se me informa que "como usted recordará ha decidido destinar el 25% de los beneficios de su dinero a fomentar el deporte y el ocio". Realmente si de algo estoy orgulloso en lo que a mis capacidades intelectuales se refiere es de una buena memoria (por algo mi madre me estuvo cebando a base de Apisérum cuando era crío) y la verdad es que no recuerdo haber decidido nada. Así que me ido a la sucursal a ver que me decían y con toda pachorra, me dicen que claro que al no decidir yo, "alguién" (quizá alguna de las sombras del edificio Windsor) ha decidido por mí. He estado discutiendo un rato y al final parece que he logrado que entienda que a pesar de que podía decidir, decidí no hacerlo y por ello nadie tiene que decidir por mí; yo creo es claro que los españoles tenemos derecho a contraer matrimoniio, pero que si no lo hacemos nadie (ni siquiera ese alguien misterioso) tiene que emparejarnos con otra persona.
Así que al final lo que he conseguido es al menos (y en vista de que "tenía que" elegir algo para no quedarme sin tarjeta, ya que las antiguas (las que no participaban en la campaña ésta del "tú decides" caducaban)) elegir por mí, más que nada por orgullo personal y porque desde luego si hay un aspecto de la obra social que no quiero financiar es el deporte de base porque eso una excusa para seguir dando dinero a Osasuna y toda la mafia que rodea a la Liga de Fútbol Profesional, siendo además un equipo pamplonés que distorsiona por el resto del reino la imagen de la Comunidad Foral. Así, que una puesta a tono la de esta mañana bastante completita.
Y eso, a ver como se desarrolla el resto del día.
Por cierto, sirva este extenso "post" (jo´tía, que guay el "post") para acallar veladas y no tan veladas críticas acerca de la participación de mi ilustre persona en este proyecto colectivo que es este blog.
Uapero D.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El personaje misterioso... el fumador de expediente X... pensadlo, en el fondo es sugerente... casi como para dejarse llevar... el mismo sentimiento que en las siestas de verano, da igual lo que hagas, al final, todo acabará como tiene que acabar. Empiezan decidiendo a quien destinar parte de los beneficios que sacan contigo (que me recuerda al 906 de los telemaratones de antena3), y al final deciden con quien te casas. Una vez que practicas la resignación, es cómodo! Como el camino de baldosas amarillas, pero con una valla electrificada a cada lado.

30/3/05 00:21  

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