Cuánto falta para agosto...

Desde la UAP escribo desde el único remanso de paz existente en estos momentos. Y no tan pacífico, porque me acabo de pelear con el padre de un fenómeno (sin prejuicios, pero llamaba desde Andalucía, pensando que iba a camelarme con ese acento del sur) cuya hija no ha entrado en la uni, y que quería a toda costa saber qué 2 puesto ocupaba en una lista de espera que no existe. Qué tocamiento de... en fin.
Y ahora corriendo a matricular gente sin parar en la línea caliente, hasta las 18. De momento, ya no he comido, lo cual no es una desgracia en si misma, pero bueno. Ahora mismo pongo el cartel, cierro el chiringuito, y sanseacabó.
A ver cuando llega un poquito de tranquilidad.
Uapera I