miércoles, agosto 31, 2005

Katrina, Katrina

Pues parece los últimos días de agosto rompen con la monotonía del mes. A medida que se acerca al principio del final (aunque parece que lo que se acerca es el fin del mundo) los dramas, tanto unos como otros, hacen su reaparición por los verdes campos de la UAP. La pregunta es: ¿tendremos fuerza para acabar con ellos?
De un lado los dramas reales, sólo con abrir la página del mundo, y en una lectura de menos de diez segundos, ya podeis contar más de mil muertos. Y contando, que es lo peor. Las espeluznantes imágenes de las inundaciones se multiplican, aunque lo peor desde esos lares está seguramente por venir. Y en Bagdad, más de ochocientos muertos en una avalancha humana (¿quién se quejaba el otro día de los encierros de San Sebastián de los Reyes?), por puro miedo. Es que ya no hacen falta ni bombas para aterrorizar... y desde allí también faltan muertos que contar.
Al lado de estas noticias, los dramas rurales parecen todavía más extraños y ajenos a la realidad. Desde la que nos mandó el cuaderno para colorear, pero no nos manda nunca el DNI, hasta el que, por error, fue inscrito en un primer curso cuando le había pedido expresamente a la Complutense que le inscribiese en nuestro segundo ciclo (¿qué le diría este señor a los becarios de allí, por favor?).
Aunque desde que tenemos buenas relaciones con el Decanato (por cierto; queda probado que el problema eran ellos, porque desde que tienen un becario eficaz, la cosa ha cambiado muchísimo), algunos de los dramas rurales resultan no ser tales. Y al menos ya no jugamos al tenis entre servicios!
Pero, cuando, sentada frente al ordenador de la UAP, miro a la izquierda, me olvido de las promesas de trabajo bien hecho desde Decanato, y me invade la nostalgia... ¿Quién cuidará del santuario cuando ya no estemos?
Y como última nota triste del día (definitivamente hoy no era un día para poner, un post, pero qué le iba a hacer, si veía desde hace tanto con el último post del Uapero D?), seguramente nos hemos perdido una canción dedicada en una radio a 1500 km, porque después de esta semana los medios técnicos de la UAP han vuelto a sufrir sus carencias habituales... Siempre podemos pensar que no nos la pusieron, pero es mejor pensar que la perdimos ¿no?
Absolutamente tomada por la melancolía, en medio de la enésima ola de calor de este verano, la Uapera I

sábado, agosto 20, 2005

Mo Mowlam

Apenas unos días después de la muerte de Robin Cook, nos sorprende la noticia de la de la ex ministra británica para Irlanda del Norte, Mo Mowlam.
Realmente en este caso no conozco tan bien la trayectoria de esta mujer como la de Robin Cook, pero el hecho de que consiguiera sentar a la mesa al Sinn Fein y a los protestantes ulsterianos (y sobre todo, al comprobar, que más allá del tópico de "todos los muertos son buenos", tanto un bando como otro han tenido palabras de aprecio para esta mujer, incluso Ian Pasley el reverendo opuesto al proceso de paz), que aquellos días previos a la firma de los acuerdos de Viernes Santo no parara de reunirse con unos y con otros a pesar de que estaba sufriendo los terribles efectos del tratamiento de quimioterapia (la recuerdo perfectamente atendiendo a los periodistas en Downing Street y en Belfast con una especie de gorro-venda blanca que le cubría la cabeza); el hecho de que rechazara después ministerios más fáciles en cuanto comprendió que el nuevo laborismo de Bliar es una mezcla del tacherismo de la peor clase con una megalomanía por ser superestrella del primer ministro; que se pusiera en contra de la guerra a pesar de las amenazas de miembros de su partido, hacen que haya sentido realmente su muerte.
No he oído aún si Bliar no ha acudido a su funeral, como tampoco acudió al de Cook; ahora bien, casi prefiero que no lo haga y al menos no se muestre tan hipócrita como otros como Gordon Brown (un perfectísimo heredero de Bliar) que no tuvo empacho en leer un panegírico pelota hasta el infinito, mediático hasta el infinito, y sobre todo falso hasta el infinito, ahora que tras el shock inicial en el Reino Unido las críticas a la política exterior y antiterrorista del gobierno Bliar vuelven a crecer a cuenta de las mentiras que soltó el jefe de la policía metropolitana Ian Blair (no sé si son familia, pero desde luego a partir de ahora me referiré también a éste como Bliar II) y la obstaculización de la investigación en el asesinato del electricista brasileño en el metro de Londres que tanto The Guardian como The Independent, además de algunas televisiones han destapado.
Uapero D.

miércoles, agosto 17, 2005

Ay, ay, ay...

De verdad, que no me gusta demasiado apuntarme a teorías conspiratorias, pero siendo como es Bliar el protagonista de todo esto, y a pesar de que a El Mundo le guste demasiado el jugar al Watergate (aunque esta información viene de agencias y de televisiones británicas)me da que pensar...
El Mundo.es: Nuevos documentos contradicen la versión oficial en el caso del brasileño asesinado en el metro de Londres
Uapero D

Cabaret

Acabo de ver la película Cabaret (por fin) y realmente me ha parecido muy chula. Liza Minelli está excepcional, y Michael York también muy bien (la imagen de él con sombrero y la corbata me encanta). La película, además, está muy bien llevada, se diría que tiene algo del toque Lubistch en lo que a sugerir y no mostrar. El transfondo histórico-político, aunque algo simplista, es apropiado. La coreografía y canción del "Money, Money" tiene bien ganada su fama y, desde luego, el final me ha sorprendido por inteligente.
Al margen de eso, lo de las películas del emule un desastre. Definitivamente voy a desengacharme de esto, y volver al VHS (un formato menos inestable y por lo que veo más seguro) de toda la vida intentando grabar las películas que ponen a las tantas en la 2. A esto he llegado tras una cadena de decepciones varias, estoy harto de : error de redundancia cíclica, error: es imposible reproducir el archivo porque está dañado, películas que se clavan a los tres segundos de empezar y no hay manera de que conseguir que avancen, películas que no se ven (al margen de los cuadraditos verdes) por no tener el programa apropiado, etc., etc. Total, decepcionante, de todas las películas que tenía bajadas, la mitad imposibles de ver.
Y nada que la avalancha de exigencias de duplicados de tarjetas no tiene fin, y que ya es mitad de una semana, que no sé porqué se me está haciendo eterna.
Uapero D.

martes, agosto 16, 2005

De Sociolisto a sociolisto

Acabo de acordarme de que antes de que acabase julio, la UAP tuvo que presenciar en segunda línea de fuego (ése 902!) una de las situaciones de vergüenza ajena más gordas que al que suscribe le haya tocado presenciar en toda su vida de uapero.
Me dispongo a dejar constancia de ella una vez ya todos relajados sabiendo que el destino (y nuestro futuro) de nuestra uapera más international herald tribune ha logrado derrotar a ese agujero negro de incompetencia mixto denominado ICEX-CECO y finalmente pasará como el Tíber por la Ciudad Eterna del Quirinal y el Viminal.
Resulta DE QUE entre la avalancha de peticiones irracionales de duplicados de cartas de admisión del tipo "sé que no me hace falta para nada, pero quiero que me la dé, y que me la dé ya" (un fenómeno que aconsejamos no se vuelva a repetir mediante el traspaso inmediato de las competencias -en virtud de la lógica y la experiencia funcional y no tanto del artículo 150 de la constitución española- en emisión de duplicados de cartas a la UAP), llegó un crío (por no decir puto crío de la ESO, que era la frase hecha con la que yo, como el resto de mis compañeros de clase, en nuestra condición de representantes de la última promoción de COU en la Comunidad Foral designabamos a estos hijos de la LOGSE), crío digo, al que le habíamos cogido los datos hacia dos días para la emisión de su duplicado (a pesar de que le dijimos que podía aportar el justificante del traslado hasta fines de septiembre, y por eso no se veía acuciado por ninguna necesidad imperiosa de obtenerla) y al que no habíamos llamado aún porque obviamente no teníamos emitido su duplicado. El caso es que aquí el chaval no supo gestionar las consecuencias de nuestro: "aún no la tenemos, tenemos anotado tu teléfono, cuando dispongamos de ella te avisaremos para que vengas a retirarla" y llamó a papá (telepadre, quizá un nuevo servicio que empiecen a ofrecer las operadoras de telefonía móvil). Así que, el tal padre se aventuró a llamar al 902 y con toda su cara le suelta a la chica caliente N que o le dábamos la carta a su hijo en 30 minutos o se iba al juzgado y nos denunciaba.
La cara que se nos quedó a todos los uaperos presentes (así como a los compañeros de la línea caliente, así como al técnico de gestión, de igual modo que a todo aquél a quien sus oídos le hicieron partícipe de este asunto) fue de estupefacción. El asunto es que cuando apenas habíamos puesto el caso en conocimiento de la zona VIP de Gestión Académica, llega la chica caliente N con una nueva noticia, y es que además de levantar una espada (ya quisiera él que igual a a la de Damocles) sobre nosotros, aquí el padre exigía además hablar con Gregorio Peces-Barba Martínez "de socialista a socialista".
Es este hecho ejemplo una costumbre demasiado extendida entre los "socialistas" españoles que no pierden ocasión de afirmar su presunta condición de tales en cuanto tienen el más mínimo obstáculo para algo. Realmente no tengo la desgracia de conocer aquí a papá levante, digo a papá socialista, como para juzgarlo convenientemente, pero desde luego su actuación deja traslucir que él no es un socialista, puesto que tengo entendido que una de las señas del socialismo es la creencia en la solidaridad, la tolerancia y sobre todo la extensión de derechos y con ella la extensión de la igualdad a toda la sociedad. Más bien, lo que parece ser este individuo es un sociolisto, un personaje que por moda, o por operatividad, se suma a una presunta ideología simplemente para obtener privilegios sobre el resto de sus congéneres que quizá la naturaleza le ha denegado. No creo que éste sea un caso aislado, de hecho los sociolistos son legión tanto en España (un Vera que alegando depresión sale de la cárcel después de haber saqueado el Ministerio del Interior, una Ruth Porta pelotari -urbanística- pero no por ello menos portavoz adjunta del Partido Socialista de Madrid en la Asamblea, un Polanco con las manos ardiendo de frotárselas tanto con la decisión del gobierno de permitir a Canal Plus que emita en abierto -algo que pese a todo no termino de ver mal, los recuerdos del mano a mano entre Matías Prats y Urdaci para ver quién superaba a Pinocho están muy recientes como para que el que haya otra cadena generalista me parezca mal-, etc., etc.), como en el extranjero: el campeón del socialismo thacherita Sr. Tony "Sonrisas" Bliar y Mister Hyde, los "socialistas" del Partido Comunista Chino y su modelo de neoesclavismo megarrentable y del tráfico de órganos de los fusilados por cualquier cosa, los socialístimos líderes de las repúblicas ex soviéticas que no tienen empacho en apuntarse al neoliberalismo ahora con tal de no soltar el poder...
Porque si hay algo que no les gusta a los sociolistos es eso de que todos tengamos que ir por el mismo camino, según ellos debe haber atajos para algunos en virtud de salvoconductos como "mi hijo es brillante", "soy megarrojo y creo que en una universidad creada por el PSOE tengo que tener prebendas porque estuve en el concierto de Raymon en la Complutense", etc.).
El caso es que me hubiera encantado que el sociolisto hubiera presentado la denuncia, total si por un recurso de alzada contra una no convalidación de asignaturas a mi el gabinete jurídico de la universidad tardó 5 meses en contestarme, este hombre que se fuera sentando. Quizá ni eso, porque como sugirió la uapera I, evidentemente esa denuncia sería admitida a burla, antes que a trámite.
Uapero D

jueves, agosto 11, 2005

Robin Cook o la heroicidad de la coherencia interna.

En medio de la bajada de tráfico de personal que el estío ha provocado en la ciudad de Getafe y singularmente en el campus universitario, me dispongo a evitar que la entrada que siga a la del último día antes de vacaciones, sea la del primer día despúes de vacaciones, utilizando para ello el espacio del blog que la Uapera L con una actitud de protervia suma no utiliza, y que parece tampoco querer ser ocupado por el Uapero J.
Y realmente son muchos los asuntos que últimamente me han venido a la mente, por no ser demasiado canso con los que ya me escuchan o me sufren en persone, obviaré la cantidad de referencias a Blade Runner que durante estos días he alumbrado en medio de la redacción de las reflexiones propias que sobre esta película le había prometido a mi amiga Vanessa. Tampoco he querido aumentar el coñazo que los medios (como se ve que al margen de los incendios e intoxicaciones alimentarias el verano estimula la martilleante pesadez de los periodistas) están dando al vuelo del Discovery (esos transbordadores espaciales están acabadísimos tras las explosiones del Challenger y del Columbia), sino que me gustaría escribir unas líneas acerca de la reciente muerte de Robin Cook.
Este personaje, uno de los valores destacados del laborismo inglés y ex ministro de exteriores pertenece a ese raro, escaso (aún más entre los políticos)y admirable grupo de personas que en su actitud vital mantiene un aceptable nivel de coherencia entre sus ideas, sus palabras y sus actos. Este hombre, sin haber sido nunca un revolucionario fascinado por el reflejo de rebeldía (fácil o difícil, no sabría enjuiciarlo con acierto) del 68 (nada que ver con unJack Straw superlaborista que se marchó al Chile de Allende y llevó el pelo largo y seguramente se manifestaría por la legalización de la marihuana, pero que luego no tuvo incoveniente en soltar a Pinochet "por razones humanitarias" en cuanto el fantasma de deterioro de los intereses económicos británicos empezó a aparecer, el mismo que en calidad de ministro del interior defiende sin inmutarse la orden (muy sharoniana y muy tejana por otra parte) de disparar a todo lo que se mueva y de invertir la habitual presunción de inocencia, por la de culpabilidad). Tampoco fue Robin Cook un antiimperialista radical ni un ecologista señero (era el ministro de exteriores que nos toreó con el Tireless), sino que simplemente defendió unas ideas (algunas de la cuales no comparto) con coherencia y con la verdad por delante. Por eso cuando aquellas semanas en las aquellos mercenarios de la mentira representaron aquel sainete malo de las armas de destrucción masiva, de la amenaza para la humanidad, del factible ataque iraquí al corazón de Inglaterra en pocas horas, etc., etc., Robin Cook dijo que no podía ostentar responsabilidades en un gobierno que hablaba tan ligeramente de la guerra apoyado en mentiras y embustes, en consecuencia dimitió.
Dejó el poder, desde la ostentancia y sin que nadie se lo pidiera o lo exigiera (no como los ministros españoles de la corrupción del último gobierno González que dimitían cuando ya los escándalos de corrupción le llegaban a las cejas; con la excepción casi única de Manuel Pimentel) y lo hizo además ejemplificando su condición de una de las últimas joyas de la oratoria y del parlamentarismo británico, hablando claro (algo que por otra parte en lengua inglesa es mucho más fácil que, por ejemplo en español o en francés, ay esa langue du bois tan de los cachorros de la ENA!). Lo hizo además enfrentándose como diputado a ese atajo de canallas (los fontaneros de Downing Street, igual de siniestros que los aznaritas o los felipistas y -probablemente también zapateritas- fontaneros de la Moncloa), que capitaneados por Alaistair Campbell llevaron al suicidio al Doctor Kelly (todo un Séneca moderno en el gobierno de un Nerón con sonrisa contemporáneo, como magistralemente y sorprendentemente vio Pedro Ramirez en un editorial de esos días) y pusieron contra las cuerdas a la BBC.
Por eso, por simplemente haber seguido una estrategia coherente, más cuando en estos tiempos de lógica intrumental omnímoda ello supone casi una acto de heroicidad, y en un campo tan poco dado al respeto a fustes éticos de calado como es la política, mi sincera admiración. Requiescat in pacem.